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Me llamo Pedro Ruiz de Luna… y normalmente yo también me detengo aquí, porque lo demás no tiene mucha importancia. El traductor debe ser invisible, pero ya que Stephen insiste en que hable de mí, les diré que: Nací en España, en Talavera de la Reina, provincia de Toledo, hace 59 años. Mi familia tenía por entonces una fábrica de cerámica artística, que fue donde abrí los ojos a la vida y al mundo. En 1961 se cerró la fábrica y nos trasladamos a Madrid, ciudad donde crecí, estudié, aprendí su acento y me formé. Después del Bachillerato anduve deambulando por la Universidad sin saber muy bien qué hacer (Ciencias, Psicología, Arquitectura al final). Lo cierto es que me decepcionó y la abandoné. Preferí construir mis edificios en forma más intangible y efímera, y seguí con mi guitarra, que no me ha abandonado nunca. Para contentar a la familia, más que nada, tomé un curso de programación con IBM, lenguajes Cobol y Assembler. Era el mundo de la informática más primitiva, de tarjetas perforadas y memorias medidas en Kb, en el que los ordenadores personales eran un rumor de ciencia-ficción. Luego he sido de todo, pero sobre todo, músico. Durante 22 años, los últimos de su vida, fui alumno, discípulo, compañero de dúo, colaborador y amigo del gran Maestro Segundo Pastor (1916-1992). Con él seguí una enseñanza renacentista en la que yo, aprendiz, iba ganando en sabiduría y experiencia hasta llegar al mano a mano con el Maestro. Formábamos una pareja quijotesca, pero él, con su aspecto de Sancho, era el auténtico Caballero Andante. Y peregrino: viajamos intensamente por España y por otros países en trenes, aviones, coches, autobuses, conciertos, clases, grabaciones, cursos intensivos... A su partida, en memoria de su querida y entrañable presencia, me inspiré a escribir un libro sobre su significado y nuestra experiencia conjunta. Una especie de biografía suya desde un puesto de primera línea. Un homenaje necesario a un extraordinario ser humano y un músico excepcional. También formé el Duo Pastor en Estados Unidos. Allí grabé un CD (Escuela Española de Guitarra) en homenaje a él y a la Escuela que representaba. Segundo fue discípulo predilecto de Daniel Fortea (1878-1953), que a su vez lo fue del gran Francisco Tárrega (1852-1909). De manera que ese es mi linaje musical. Un privilegio enorme si además lo unimos al linaje artístico de mi familia. Ahora también soy otro tipo de intérprete, de idiomas esta vez, y me gano la vida como traductor. Sigo trabajando en el gran proyecto de mostrar la íntima conexión histórica de la Guitarra con Espana, a través de las músicas escritas para ella por autores españoles desde el siglo XIV hasta ayer mismo. La Guitarra y España, se llama: 33 los autores y unas 88 obras hasta hoy. Me casé con una mujer fantástica, excelente pintora. La cosa duró lo que pudo durar, siendo ambos tan “volcánicos”. Con ella tuve a mis dos hijos maravillosos. Los veo poco, también por la distancia, y los echo de menos mucho, por el cariño. Mi trayectoria espiritual comenzó con el interés por los libros de Lobsang Rampa, que duró poco. Luego di con la obra del Rudolf Steiner, fundador de la Antroposofía, que duró bastante más. Luego pasé por muchos otros de los grandes conocidos, picoteando de aquí y de allá. Un día, de la nada, di con los seminarios de Stephen, que me fascinaron. Luego acudí a su web y descargué el libro. Lo leí dos veces seguidas la primera vez y, sin saber bien cómo ni por qué, me encontré traduciéndolo. Cuando lo completé, se lo envié. Eso ha dado origen a la página web que ven y a una estupenda amistad inesperada. Qué sé yo, cosas del Yo Infinito… |